Cafés tacilla

El otro día fui a primera hora de la mañana a hacerme unos análisis rutinarios, y como es habitual, tienes que hacértelos en ayunas. Hasta aquí todo bien, me levanté pronto, fui al laboratorio a primera hora de la mañana con un frío que te morías, y me drenaron (bejjjjj).

Me cambiaron el laboratorio donde me hacía antes los análisis así que tuve que buscar uno nuevo. Encontré uno que me quedaba a casi medio camino entre mi casa y el trabajo. Tenía que coger el autobús en el sitio de siempre, bajarme a las dos paradas, hacerme los análisis, volver a coger el bus en la misma parada y seguir dirección al trabajo.

Suelo pedir ir a primerísima hora de la mañana, ya no solo por el ayuno, si no que de esta manera si el análisis se hace rápido, no llego tarde al trabajo. Total, que llegué al laboratorio a las 8:30, que era con tiempo de sobra para llegar bien al trabajo puntual; pero se demoraron en atendernos. Había solo una recepcionista que además era la misma persona que realizaba los análisis, así que atendía al primero de la fila tomándole los datos, luego lo llevaba a la salita a sacarle sangre y al finalizar volvía a la recepción a cerrar la visita y abrir la siguiente.

Entre pitos y flautas pues me atendieron un poco tarde, sobre las nueve menos diez más o menos, así que al acabar les pedí un justificante para el trabajo porque inevitablemente iba a llegar tarde. Cual fue mi sorpresa que en el justificante me pusieron hora de salida a las 9:15 en lugar de a las 9:00 que fue realmente a la hora que salí.

Envié un mensaje a la jefa para decirle que llegaba un poco tarde y me puse de camino al curro. Pensé ¿Qué hago? porque me pusieron la hora de salida de la consulta a las 9:15, habiendo salido a las 9:00, el problema es que el tiempo que tardo entre el laboratorio y el trabajo son 10 minutos, de manera que podría haber obrado el milagro y llegar al trabajo a las 9:15, habiendo salido del laboratorio a las 9:15

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Pero no soy Goku y no quería que pensase que de alguna manera la engaño, así que aproveché esos 10-15 minutos que tenía de margen para ir a hacer un café cerca del trabajo y desayunar.

La zona donde está localizado mi trabajo es una m*****, es un barrio no céntrico, es un barrio de barrio, de gente obrera y clase baja en su momento y de nouvinguts a día de hoy. El comercio es de barrio, no es para pasear después de salir de trabajar y menos ir a tomar algo con los compis afterwork. Así que hay relativamente pocas cafeterías/bares y lo poco que hay son de chinos o el típico bar de barrio regentado por un señor que ya debería jubilarse y donde los parroquianos son de los de sol y sombra y dominó o mojameds.

Total, que me resultaba un poco complicado encontrar un local donde tomar un café con leche. Al final recordé que había un bar-restaurante cerca del trabajo en el que no había entrado nunca y que tenía pinta de servir un café decente. El local lleva allí mucho tiempo, pero lo reformaron hará un par de años. Antes era un bar-restaurante normal, y lo pusieron finolis. La decoración tiene buen gusto y le han dado una imagen de local ‘bien’, incluso le han puesto un nombre que da imagen de sitio bien. No diré el nombre pero es una palabra que recuerda a una persona que sólo le gusta comer bien y de calidad. Tienen personal para todo: el mozo de barra que se encarga de servir detrás de la barra, el encargado sólo de caja, que es el que cobra a los clientes, otros camareros para servir mesas… mucho personal para un local relativamente pequeño. Además todos uniformados. El que cobra con camisa blanca y pajarita y los otros de negro. Muy serviciales y rápidos.

Así que feliz de mí, pedí un café con leche y un croissant (o cruasán o como quieras). Me lo sirvieron rápidamente (mmmm… quizá demasiado rápido?). De entrada todo parecía normal, hasta que echo el azúcar en el café y me pongo a remenar. El café no tenía nada de crema, tenía espuma por encima que daba la primera impresión de que había crema pero era sólo una ilusión, al meter la cuchara la espuma desaparece y ves el líquido debajo y eso es solo lo que se te queda, una taza con un líquido marrón claro.

No sé si sabéis distinguir un café bueno de uno malo a simple vista. Hay gente a la que no le gusta el café y no entienden de estas cosas. Bueno, hay gente pa’tó. Yo sí, distingo bien el café bueno del de malo sólo con la vista y éste era uno de los malos. De esos que ves claramente que el café está aguado y es malo y que la leche ni siquiera liga bien con el café. Da la sensación de que es un poco como el agua y el aceite… sí, tenía ese aspecto; la leche estaba teñida de color marrón claro pero tenía un tono brillante, como si tuviese pequeñas partículas de aceite, que debían ser restos del torrefacto.

Estuve a punto de hacerle una foto, pero tenía delante mío al encargado de barra y no quería que pensase que iba a fotografiar el café para subirlo a instagram o algo parecido. Mi intención era dejar pruebas del delito cometido y si me preguntaban no iba a saber responder, no tenía coartada. Me cuesta mentir y se me nota mucho.

En fin, ya había pedido el café y no había desayunado y me habían sacado sangre, así que me envalentoné y le pegué un sorbo. Me escaldé la lengua.

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Soy de las que opinan que el café con leche o cortado hay que servirlo según lo que sería la norma si el cliente no especifica otra cosa. Y por lo que tengo entendido el café que lleva leche, ya sea en la forma que sea, la leche debe estar caliente para que el café conserve su potencia y sabor. En el caso de que sirvas la leche tibia o fría de alguna manera rompe el café y hace que pierda sabor, no es lo mismo. Hay mucha gente a la que no le gusta que le sirvan el café muy caliente porque tienen prisa o es imposible de tomar, así que te piden que lo sirvas con leche ‘natural’ (en otras regiones de EspaÑÑÑa se le dice ‘del tiempo’), pero para quien le gusta realmente el café sabe que no es lo mejor, que no es la manera de degustarlo.

Yo no tenía mucha prisa, así que no especifiqué; pero claro, una cosa es que te sirvan el café bien caliente porque no lo has especificado y otra muy diferente servir lava. No sólo me servían un café de pésima calidad, si no que me lo servían prácticamente hirviendo. Sí, he dicho que el café que lleva leche se tiene que servir caliente pero no tanto, porque de la misma manera que la leche fría rompe el sabor del café, la leche excesivamente caliente se lo come.

Así que mientras el brebaje se enfriaba un poco ataqué el cruasán. Nueva decepción. Y ya debería haberlo visto llegar, pero no. El croissant tenía buena pinta realmente, no era excesivamente grande y parecía estar bien respecto el punto de cocción. Hasta que arranqué una pata. No era del día. Aunque aún era comestible, ya estaba ligeramente duro; no mucho, pero la masa tiene que estar blanda y esta estaba ligeramente dura.

ojos

Así que el rato en la cafetería se transformó de ‘:D voy a tomarme un café con leche y un cruasán ^^’ a ‘a ver si consigo acabar rápido y largarme para no volver nunca más’. Se convirtió en una pelea entre el café con el cruasán y yo.

Remojaba el cruasán en el café con la intención de que se reblandeciera y así poder tomarme el café un poco más rápido, pero el café parecía no perder temperatura, se mantenía hirviendo, y el cruasán no es que ganase blandor tampoco. Mientras me aguantaba las lágrimas que se me escapaban de la quemazón y de lo penoso del dichoso café, iba mirando a mi alrededor. Compadecía a los pobres desgraciados que entraban al lugar resguardándose del frío y con la intención de entrar en calor con un buen café.

Pude vislumbrar ‘la leche’ que utilizaban. No sé porqué me sorprendí cuando vi que no conocía de nada la marca de leche. No me preguntes el nombre, no me acuerdo. Era un tetrabrik de cartón de color blanco, de capacidad de un litro. Tenía un recuadro azul en medio con un pictograma se supone que de una vaca y acerté a ver que ponía algo así como ‘leche de Galícia’ Ja!

Acabéme el veneno como pude y me fui ya a trabajar deseando llegar para poder tomarme un café más normal. Entonces fue cuando me indigné.

Me puse a repasar mentalmente y caí en la cuenta que hace ya mucho tiempo que me cuesta encontrar un bar/cafetería/restaurante donde sirvan un buen café. Más concretamente en los últimos meses no he sido capaz de encontrar ningún lugar donde sirvan un café decente y no lo entiendo.

Puedo entender que una tasca o un bar guarro de barrio tire de café barato y leche mala para abaratar costes porque total les da igual, pero no me cabe en la cabeza que un restaurante o local que aparentemente tiene intención de servir una buena comida y dar buena imagen, te estropee la velada porque la guinda final de la cena, que es el café, sea del malo y te deje mal sabor de boca. Es que no lo puedo entender. La de cenas estropeadas que he tenido por culpa de los cafeses…

Es un fenómeno que avanza sin prisa pero sin pausa, y que por lo que tengo entendido hay más gente que también se ha percatado. Y me da mucha lástima. Porque de pocas cosas podemos estar orgullosos y el café de ésta, nuestra hostelería, era muestra de ello hasta hace no mucho, donde podías entrar prácticamente en cualquier establecimiento y tomarte un café delicioso fuese en la forma que fuese, pero inexorablemente el café ha ido perdiendo calidad y se ha propagado cual virus.

Y ya no es sólo cosa de los restaurantes, que tiene delito, es que te encuentras cafés malos ¡en las cafeterías!. Es que por más que lo intento no lo puedo entender. ¿Cómo es posible que sirvamos este café? ¿Cómo es posible que la gente, el público lo acepte sin más? ¿Estamos tontos o qué?

Sé que quejarse de que los cafés son malos es muy ‘problemas del primer mundo’ y que hay cosas mucho peores; pero si ni siquiera somos capaces de protestar (me incluyo yo la primera) por la pésima calidad de los cafés; si tragamos (y en este caso literalmente) con cualquier basura que nos echan a la cara sin rechistar, ¿en qué nos convertimos? ¿Es una muestra más de que nos estamos volviendo unos autómatas becerriles, sumisos? Si permitimos que nos pisoteen con cualquier cosa por ínfima que sea, en este caso el café; mañana nos pisotearán con otra cosa, y pasado otra y pasado otra. Hasta convertirnos en idiotas que es lo que ya somos la gran mayoría.

Ahora me pregunto cuál es el motivo por el que los hosteleros deciden poner deliberadamente un café malo a los clientes. ¿Es realmente sólo y exclusivamente para ganar dinero, o tener más margen de beneficio?

Lo he hablado con ‘expertos del sector’ de ‘empresas líderes en su área’ (XD) y me comentan que sí, ciertamente el café es el producto que más margen de beneficio da a la hostelería, mucho más que el alcohol que estaría en un segundo puesto, pero bastante alejado.

En este caso tiene sentido que se quiera estirar el margen de beneficio al máximo, pero entonces pienso que el hostelero que decida hacer esto es un rata y mala gente. Porque una cosa es sacar un gran margen de beneficio, yo que sé, a un coche por ejemplo, que puede tener un coste de 5.000 euros y lo vendes por 20.000. Ahí estiras el beneficio sin problema; ¿¿pero estirar unos céntimos de un miserable café, so rata?? ¿Envenenas a medio barrio para llevarte +5 céntimos de beneficio tirando larguísimo? ¿De verdad te vale la pena, inútil? Es que no lo entiendo. La diferencia económica visto des de el punto de vista del empresario, entre un café barato (así como la leche) y un café de más calidad (y la leche también) ¡no es tan grande! No supone una diferencia bestial al cerrar la caja del día; en cambio sí supone una diferencia bestial de cara al cliente, eso sí sale caro.

Imagina que tienes café del barato vs café del bueno. El barato te cuesta 7 euros/kilo y el bueno pon 15e/kg. Pon que el beneficio del barato deben ser unos 1,13 céntimos y del otro 0,95€ a ojo. ¿De verdad te vale la pena perder chorrocientos clientes potenciales por esa miseria de diferencia? ¿Te sientes orgulloso de que venga un cliente y no vuelva nunca mais por la basura que le has ofrecido? ¿Tus matemáticas son tan simples que no ves que con el barato tienes de beneficio 1,13 y con el bueno tienes de beneficio 0,95+0,95+0,95… ad eternum, tontopol**?

Un café malo es pan para hoy y hambre para mañana. No lo puedo entender.

En fin. Así estaba yo el otro día, que aprovecho para decir que ojalá todos los problemas fuesen estos; indignada con este tema, cuando va y al día siguiente me encuentro con este artículo y dos días después con este otro. No dejéis de leer los comentarios del Menéame, que como casi siempre aportan muchísimo, aquí y aquí respectivamente.

¿Tu has notado una merma en la calidad del café de nuestra hostelería?

4 comentarios en “Cafés tacilla

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